24 De Abril: Inolvidable.

Por: Rafael Peña
La historia dominicana nos dice que nuestro país, desde su nacimiento como nación vivió siempre sumergido en revoluciones y dictaduras. No fue hasta después de la desaparición de la tiranía de Trujillo en 1961 cuando se dio inicio a un ciclo político social que salvo algunas excepciones, se mantiene brindándonos la oportunidad de elegir a nuestros presidentes. Después de muchos años, el 20 de diciembre de 1962, fueron celebradas las elecciones presidenciales en las que el profesor Juan Bosch, destacado dominicano, resulto triunfante ante su oponente, el Dr. Viriato Fiallo. El profesor había regresado al país el 20 de octubre de 1961, luego de un largo exilio de 24 años, debido a su oposición al régimen dictatorial de Rafael Trujillo. El P.R.D., partido fundado en Cuba por el profesor Bosch en el ano de 1939 y que aupaba su candidatura, recibió un amplio respaldo popular en dicho certamen. La votación fue la siguiente: P.R.D. 628,495 votos contra 315,877 de Unión Cívica Nacional, coalición de partidos que apoyaron al Dr. Viriato Fiallo. Como se ve, el profesor, prácticamente duplicó la cantidad de votos de su contendor. Este gobierno inició su gestión el 27 de febrero de 1963 y fue derrocado 7 meses después el 25 de septiembre . Desde el principio, fue notorio las buenas intenciones que como presidente tenía este gran líder. En el corto periodo que le toco gobernar, el profesor dio cátedra de tolerancia política. En una ocasión le arrojaron un huevo frente al parque Duarte de Santiago y ordenó no tomar acción en contra de quien lo hizo. Pero quizás, donde realmente patentizo esas características con más elocuencia fue en Baitoa, en un hecho no recordado por muchos y de cero conocimientos de la actual generación de jóvenes de nuestra comunidad. Eduardo era el verdadero nombre de "Tagoga" un querido y popular baitoero que gustaba de vez en cuando darse unos tragos de Ron. Cuando tagoga estaba bajo la influencia de algunos tragos de la conocida bebida alcohólica, su personalidad se transformaba de una manera tan sorprendente que de aquella persona callada y hasta cierto punto tímida, con el calor de los petacazos se convertía en un voceador que hablaba hasta por los codos. Era bien conocido que tagoga no simpatizaba por Juan Bosch. En cierta ocasión, el presidente visitó a Baitoa de paso hacia Tavera donde fue a supervisar los trabajos de la presa. Cuando llego a nuestra comunidad, dispenso una visita al hogar de mis padres para saludarlos y recordar con mi papá los viejos tiempos de su amistad de infancia en la Olímpica ciudad de La Vega. Terminada esa breve reunión con mis padres, el presidente se encaminaba hacia su carro para proseguir el viaje hacia la presa, cuando Tagoga, quien se encontraba en el parque y estando ya con sus acostumbrados tragos en su estomago y en la mente, le voceo: Juan Bosch, OBEJO, palabra que de hecho no es ofensiva pero que en el caso del presidente, quien ya tenía el cabello totalmente blanco, se pretendía con ella relacionar su parecido con dicho domestico animal. Para ese entonces, los que no simpatizaban con el presidente, la usaban con frecuencia. El presidente, a quien ya el calificativo no sorprendía, al oír a Tagoga, le dirigió una sonrisa y continuo con su paso hacia el carro y su ida hacia Tavera. Unos minutos después, mi padre fue informado de que Tagoga estaba detenido en el cuartel de la policía que estaba ubicado donde en la actualidad esta el almacén de Bartolo Pineda. Fue para tratar de persuadir a la policía de que lo dejara en libertad. El jefe de puesto no estuvo de acuerdo con la solicitud de mi padre y el pobre de Tagoga tuvo que soporta un tiempito más el encierro. A su regreso desde la presa, el presidente se detuvo nuevamente en Baitoa para sostener una reunión con la comunidad y mi padre aprovecho para informarle de la situación de Tagoga. Entonces el presidente se dirigió al cuartel, acompañado de mi padre y de un grupo nutrido de personas que le aplaudían. Allí ordenó poner en libertad a Tagoga, quien ya estando completamente en sus cabales, escucho al presidente de todos los dominicanos aconsejarle en tono de broma que la próxima vez elija otra clase de animal para compararlo con el, puesto que el ovejo es un animalito inofensivo. Así actuaba aquel dominicano que siendo presidente, fue derrocado un fatídico 25 de septiembre de 1963, provocando frustración en el pueblo y en las mismas Fuerzas Armadas y Policía Nacional. Juan Bosch fue nuevamente enviado al exilio donde siempre se mantuvo atento a lo que ocurría en su país. Pasaba el tiempo y la situación fue empeorando para los que usurparon el poder que el pueblo había entregado al profesor Bosch. El malestar social fue creciendo y se iban desarrollando lo que evidenciaban que cualquier cosa podría suceder. La muerte de Manuel Tavares Justo {Manolo} fue quizás el hecho que más hacía ver que se acercaban momentos cruciales para el país. Manolo cayó en las escarpadas montañas, peleando en contra de un régimen defacto, producto de las acciones de malos dominicanos, aquellos a quienes se refirió nuestro apóstol Juan Pablo Duarte. La tarde del 24 de abril de 1965, El Dr. Peña Gómez con su voz tremola de la emoción anunciaba al país y al mundo que un movimiento armado había destituido al triunvirato que nos oprimía para restablecer el gobierno legitimo del profesor Juan Bosch. Todo hubiese sido un simple paso rectificador, a no ser por la segunda intervención armada a nuestro país, de parte de Los Estados Unidos, hecho que se inició el 28 de abril del mismo año. A partir de ese momento, lo que se vivió en nuestro territorio, en vez de un simple movimiento constitucionalista fue una desigual guerra entre un puñado de militares junto al pueblo y un fuerte ejército de fuerzas extranjeras. Por ahora, nos corresponde recordar esa valiente e histórica gesta y desear paz eterna a esos hombres y mujeres.

LA VOZ OFICIAL DE BAITOA EN EL MUNDO