Baitoa: 50 años sin agua a pesar de tres promesas



Baitoa, clama por agua, luz y puente
El puente que daba acceso desde el oeste a Baitoa está destruído desde hace 10 años. Las dos bases que se ven delante fueron ordenadas por el presidente Leonel Fernández en su primer período de gobierno. Y se quedó ahí
Baitoa.El nombre de este encantador pueblecito cibaeño, proviene de un palo que, curiosamente, no se da en estas tierras, muy húmedas y fértiles como para acoger las raíces de un árbol que pertenece al bosque seco.
Imagine vivir en un pueblo sin agua potable durante medio siglo. Un pueblo que ha visto desaparecer sus dos ríos en derredor (el Yaque del Norte y el Baitoa) para acopiar agua para tres represas. Siga imaginando que una de las entradas principales al pueblo tiene un puente roto desde 1995, cuando pasó el huracán Georges y que para penetrar en esa zona hay que meterse al agua con todo y vehículo. E imagine además que ese pueblo es tranquilo, trabajador, y cuna de la familia del señor presidente Leonel Fernández. No siga imaginando.
Los residentes de aquí han intentado reproducir el baitoa y no han podido. No obstante la vida de Baitoa, con su gentío permeado por la cultura norteameticana (es una de las comunidades con mayor emigración hacia Estados Unidos) y afirmado en la cultura del campo, es un rescate adorable de la vida sencilla y productiva. La principal fuente de ingreso es la remesa. La segunda es la agricultura.
Los muchachos tienen un corte de pelo al último "guay" de la moda estadounidense. Las camisetas adoran a NY y los letreros en inglés le hablan al visitante de muchas formas distintas.
Pero Baitoa es mucho más que la reminiscencia del purismo poblacional del campo más campo. Esta comunidad vió sacrificar el curso de los ríos Yaque y Bao, que la bañaban con sus caudalosas aguas que permitían el baño, la recreación y la pesca, para llevar miles de toneladas de agua al embalse de tres presas: Tavera, Bao y Angostura.
Y teniendo tres presas ubicadas entre las de mayor trascendencia del país, Baitoa no tiene agua potable. Acueductos que no lo son, se remiten a ser un tanque que recibe agua no tratada desde el embalse de Taveras y ello hace que resulte imposible consumir ese liquido o cocinar sus alimentos. Hay que comprar agua de botellones, a pesar de estar rodeados allí de los más grandes embalses. Quienes se bañan con esa agua (que apenas recibe un poco de cloro, obviamente insuficiente para elevarla a la categoría de potable) tienen el cuerpo lleno de "nacíos", de los mismos que los médicos llaman en su lenguaje clínico-eufemístico : "abscesos". Y la situación va para 50 años, cuando dejó de funcionar un acueducto que mandó a construir Trujillo. 50 años sin agua y rodeados de agua por todas partes.
Bienvenida Rosa (Benny), una mujer llena de vida e incansable en el afán por ver progresar su pueblo, sostiene que además del agua, la energía que produce la Presa de Taveras, sirve a los pueblos grandes, donde hay muchos votos.
Baitoa: Un orgullo de Leonel
Los pobladores de aquí incluyendo a Ramón Felipe Valerio, presidente de la Delegación Municipal, recuerdan el orgullo que tuvo el doctor Leonel Fernández cuando, en plena campaña electoral pasada, proclamó que si Hipólito era de Gurabo, él tenía sus raices en Baitoa, donde nació su padre José Fernández, cuya casita todavía permanece frente a la parroquia San Ramón Nonato.
"Leonel proclamó que tenía sus raíces cibaeñas por los Fernández y los Collado y creemos que tuvo buena fe al proclamarlo y nos sirve de orgullo. Mas queremos que nos sirva para tener agua digna de ser tomada y usada por personas, que ordene la construcción del puente y que nos visite cuando sea posible." dijo Ramón Felipe Valerio.
Un puente en espera
Para penetrar a Baitoa desde el este, el visitante se encuentra con un puente que antes sirvió para que por el mismo cruzaran las grandes maquinarias que construyeron la presa de Taveras, una de las grandes obras hidróulicas de Joaquín Balaguer.
El puente fue destruido, en parte, hace diez años por el huracán Georges. El entonces presidente Leonel Fernández, ordenó según cuenta Bienvenida Rosa, una líder comunitaria- que se reconstruyera el puente. Llegaron las brigadas del gobierno y levantaron dos soportes o bases. Y todo quedó ahí mismo. De eso hace diez años. La fotografía de Walder Gómez, del equipo de El Nacional en Santiago, lo dice todo: habla de abandono y de la necesidad de que los ojos del gobierno vean esta población con ojos de piedad y de servicio.
Por José Rafael Sosa

LA VOZ OFICIAL DE BAITOA EN EL MUNDO