www.baitoatv.com 24/10/2011. Por: Michael Díaz
Tus hijos no son tus hijos; Son hijos e hijas de la vida misma que no te da el derecho de prohibirle la paz en su vivir de una vida deseosa de sí misma, No vienen de ti, Sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen, Haz de tus hijos un ente social libre y critico que sea capaz de ser un agente que genere una cultura de paz en donde su carta de presentación sea el principio humano.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos, puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños, enséñalos a volar para que aprendan que el verdadero sentido de la vida no es tener a tu lado a quien necesitas sino quien es imprescindible en ese momento.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer porque su ayer fue historia su presente un pasado y su futuro es tan incierto que solo cultivando el verdadero sentido de la paz podrá entender que creer en ti mismo es el verdadero futuro.
Tú eres el arco del cual tus hijos heredan el mejor legado, como flechas vivas, son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad en donde la paz y la armonía constituyan la mayor riqueza de la familia.
Tus hijos no son tus hijos; Son hijos e hijas de la vida misma que no te da el derecho de prohibirle la paz en su vivir de una vida deseosa de sí misma, No vienen de ti, Sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen, Haz de tus hijos un ente social libre y critico que sea capaz de ser un agente que genere una cultura de paz en donde su carta de presentación sea el principio humano.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos, puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños, enséñalos a volar para que aprendan que el verdadero sentido de la vida no es tener a tu lado a quien necesitas sino quien es imprescindible en ese momento.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer porque su ayer fue historia su presente un pasado y su futuro es tan incierto que solo cultivando el verdadero sentido de la paz podrá entender que creer en ti mismo es el verdadero futuro.
Tú eres el arco del cual tus hijos heredan el mejor legado, como flechas vivas, son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad en donde la paz y la armonía constituyan la mayor riqueza de la familia.
